Ahora que se han acabado las vacaciones para la mayoría y
que toca la vuelta al cole, me parece
un momento apropiado para hacer una revisión al dress code en las empresas, y del tratamiento que éste suele
recibir en las revistas de moda. La idea de escribir este post me surgió tras leer un artículo de la TELVA de septiembre.
A menudo las revistas se refieren al código de vestimenta en
el trabajo de una manera absolutamente rígida cuando en realidad en la mayoría
de los trabajos esta rigidez no existe. Ésto hace que las personas que
comienzan su vida laboral, o que cambian de empresa tengan esto del código de
vestimenta idealizado. Debemos tener en cuenta que no es (ni mucho menos) lo
más importante en nuestro horario laboral, y en este caso si hay que elegir
entre la sosería y llamar demasiado la atención más nos vale lo primero, o
quedaremos de por vida etiquetadas como “ la de los tacones rojos”.
Las empresas en las que esta estipulado rigurosamente la
forma en la que debemos vestir, nos quedan muy lejos a la mayoría de las
mujeres, por eso no es esa la sensación que se debe transmitir. Hay que pegarse
más a la realidad y difundir una imagen en la que la vestimenta ocupe su lugar,
que se encuentra muy por debajo de lo que las revistas de moda quieren hacer
creer.
Lo más importante a la hora de elegir tus prendas para ir a
trabajar es que te sientas cómoda con ellas, que en el momento que cruces la
puerta de la oficina puedas olvidarte de ellas porque tendrás multitud de cosas
más importantes en las que centrar tu atención y si estás pendiente de tu ropa
no lo podrás hacer.
Uno de los consejos importantes, que recoge la revista TELVA
en su número de septiembre es usar el sentido común. Vamos a trabajar, es decir
debemos destacar por la excelencia en nuestro campo y no por lo bien que
vestimos, que debe ser algo totalmente accesorio. Si somos nuevas en la
oficina, lo más normal es que no encontremos ninguna cláusula escrita que
estipule como debemos vestir, por eso lo más práctico es fíjase en como van los
demás. No se trata de copiar sino de ajustarse a los parámetros de esa nueva
empresa en la que debemos integrarnos; si ves que nadie va en traje, no hace
falta que tú lo uses, pero si ves que alguien en la oficina va en chanclas y tu
sentido común te dice que no las debes llevar, haz caso a tu sentido común.
Por último me gustaría comentar desde aquí algunos de los
“10 consejos para acertar siempre” que la revista TELVA ofrece a sus lectoras:
- “El dress code no elige por ti. Sé creativa. Huye del anonimato” Claro que el dress code no elge por ti. Se trata de adaptar tu estilo a unas suaves pautas que te dicte tu sentido común.
- “Viste como una auténtica mujer. Competir con hombres no implica imitar su vestimenta” Para empezar en una empresa se compite tanto con hombres como con mujeres ¿Por qué querrías imitar la vestimenta de ellos?
- “Discreción no es aburrimiento: define tu estilo dentro de la imagen de la compañía” Más de lo mismo, adáptate a la empresa, pero mantén tu estilo. Tu estilo prima. En pocas empresas te van a prohibir vestir como quieras
- “Menos casi siempre es más. Los excesos no te llevarán a ningún sitio” Sentido común, evita que te conozcan por la de los tacones rojos
- “Ajústate a tu edad y circunstancias” No quieras parecer mayor de lo que eres, ser mayor no es sinónimo de ser profesional.
- “Ante la duda no te lo pongas” o estarás todo el día pendiente de eso
- “Si te dan un consejo considéralo. Suelen hacerlo de buena fe” Considéralo pero la última decisión la tienes tú.
Excelente
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