lunes, 17 de octubre de 2011

Crónica de una mañana en Loewe


Loewe nos explica en qué reside el valor de sus piezas. Dos expertos de la firma congregaron en la emblemática tienda de Gran Vía a todos los amantes de la firma  para explicar el proceso de selección de las pieles y  los pasos a seguir en la fabricación de su mítico bolso Amazona.

El experto en pieles de la firma española nos explicó de dónde proceden las pieles que usan. La mayoría de las pieles se obtienen de animales que se han sacrificado para el consumo de su carne, algo que siempre nos tranquiliza. El seleccionador de pieles también nos mostró las pequeñas imperfecciones de las pieles, cómo logran corregirlas y cómo rechazan cualquier piel que no tenga la máxima calidad porque saben que la clienta de Loewe no la va a aceptar. Este exhaustivo proceso es fundamental para que el nivel de calidad de los productos se mantenga en lo más alto.
Pudimos tocar las pieles y preguntar todo lo que quisimos. Me llamó mucho la atención la intensidad de los colores de las pieles.

Tras todo este proceso, las pieles le llegan a Francisco Guzmán, el encargado de elaborar piezas como el Amazona. Con varios bolsos desmontados en piezas nos explicó los numerosos pasos que siguen para que la pieza quede perfecta. La firma mantiene un componente artesanal bastante elevado, ya que como nos hizo saber el técnico hay cosas que las máquinas no elaboran con la delicadeza que lo hace el hombre.


Pudimos ver los patrones del bolso delineados sobre cartón y la manera de montar las piezas. Sobre la mesa tres o cuatro bolsos separados en piezas para mostrarnos los distintos pasos de creación de la pieza.

Para que todo encaje el personal tiene que estar muy pendiente puesto que hay retoques que tienen que efectuar manualmente. La estampación del sello mediante una forma de bronce que se aplica con calor y presión fue algo que nos llamó mucho la atención. Guzmán nos explicó que al llevar a cabo este proceso si la piel es demasiado fina puede resultar dañada en ese caso la pieza se retira.

También vimos sobre la mesa las herramientas, sorprendía la simpleza de las mismas y a la vez daban cuenta de la tradición de artesanos de la que la Loewe hace gala. 

Poco a poco pudimos ver como unas piezas de piel de cordero se iban transformando en un bolso, en el Amazona, símbolo inconfundible de la casa. Al final de la mesa lucía el Amazona ya montado con el que más de uno no dudó en fotografiarse.

Mesa con las distintas piezas del Amazona de Loewe
Plano detalle de los patrones del bolso

Una vez finalizada la explicación pudimos tocar, fotografiar y preguntar todo lo que creímos pertinente. El exquisito trato del personal y el encanto de las instalaciones que acogieron el evento pusieron la guinda del pastel a una mañana especial en la que la que el diseño, la tradición y la artesanía fueron los ingredientes principales.



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